Cómo definir una Solución de Aire Comprimido óptima para tu empresa

Cómo definir una Solución de Aire Comprimido óptima para tu empresa

Aunque pueda parecer algo obvio, un compresor de aire es una herramienta que permite generar energía gracias a la comprensión de aire, mediante el intercambio de energía entre la máquina y el fluido.

Para ello, el trabajo que ejerce el compresor se transmite a la sustancia que circula en su interior, convirtiéndose de esta manera en energía de flujo, incrementando así su presión y energía cinética, y logrando que fluya.

En resumidas cuentas, los compresores de aire son aparatos que utilizan la energía mecánica para transformarla en neumática, comprimiendo el aire a través de un aumento de presión, para posteriormente traspasárselo a otra herramienta mediante un tubo o manguera.

Pero, ¿qué aspectos técnicos necesitas conocer de cara a elegir el compresor que mejor se adapta a las necesidades de tu negocio?

Son tres los principales puntos a tener en cuenta:

  • La presión de aire necesaria, es decir, la presión a la que puede trabajar el compresor; medida en libras x pulgadas2 o libras/pulgadas2, que es lo mismo que Pound Per Square Inch (PSI). También se puede medir en Bares (BAR). Cabe recordar que 1 BAR = 14,5 PSI.
  • El caudal o volumen, esto es, la cantidad de aire que el compresor puede comprimir por unidad de tiempo. Se puede medir en Cubic Feet Minute (CFM), Pies Cúbicos por Minuto (PCM), Litros por Minuto (l/min), o Metros Cúbicos por Minuto (m3/min).
  • La potencia requerida, o lo que es lo mismo, la capacidad de trabajo que tiene el compresor; expresada en Caballos Vapor (CV), Horse Power (HP), o Kilowatios (KW). Aquí es importante apuntar que 1 HP = 0,74 KW; 1 HP = 1,0138 CV y 1 CV = 0,73 KW.

Todo esto nos ayuda a entender que, al elegir un compresor de aire, se debe tener en cuenta que los CFM dependen de los PSI del compresor, y que cuanto mayor es la potencia o el caballaje, más aire (CFM) puede suministrar el equipo. Por regla general hay un estándar, y la mayoría de compresores trabajan a 90 PSI, algunas a 100 PSI, y otras a 120 PSI.

Un primer paso, pues, para elegir una buena solución de aire comprimido, es contar con una serie de datos muy simples, sumarlos, y listo.

Y si bien existen Leyes sobre Aire Comprimido en las que se alude a ciertos Coeficientes de Corrección de Consumo (Coeficiente de Uso, Coeficiente de Simultaneidad, Coeficiente de Mayoración, Coeficiente de Ciclo de Funcionamiento), utilizados principalmente cuando el compresor tiene un uso industrial y cuando hay varias herramientas de diferentes potencias conectadas (aunque no lo estén al mismo tiempo); para simplificar la elección, se puede aumentar el consumo general estimado en un 30%.

Así, obtendrás una solución debidamente dimensionada que servirá al propósito para el que fue diseñada.